"Es esa cercanía la que les garantiza la supervivencia ( un bebé solo se muere) y la que le hace tener la suficiente autoestima para llegado el momento ir separándose de mamá. Unos pasos primero, unos metros después… unos segundos al principio… un rato más largo con el tiempo, unas horas…. y toda la vida cuando toca. Ese es el proceso normal. No vamos a acelerarlo por cortarlo de raíz, más bien al contrario. Si por querer comer el fruto antes, corto el árbol… me quedo sin fruto y sin árbol…"
"Son estos bebés cuyos padres nos cuentan orgullosos lo “buenos” que son porque no lloran, ni piden brazos, ni reclaman atención. Que “pueden pasarse horas enteras entretenidos solos” nos cuentan sonriendo … como esperando que digamos: “qué bien lo has hecho”... Seguro que hay bebés que vienen así “de fábrica”… pero lamentablemente no todos los bebés tranquilos son tranquilos… muchos son bebés resignados. Resignados a ocupar, no su lugar por derecho… el de su costumbre, el que ha de ser, sino otro preparado aparte. Bebés a los que de tanto decirles lo buenos que son por no pedir que se les coja acaban creyendo que sí, que para ser buenos y aceptados y despertar la sonrisa de mamá y el aplauso de la vecina y la pediatra hay que ser no-demandante. Y ellos, nuestros hijos, obedientes y deseosos de complacernos como nadie, se convierten en eso… en bebés “buenos”."
http://mimosytta.wordpress.com/2012/01/14/dale-la-vuelta-al-se-te-va-a-acostumbrar/
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