Vanesa con los ojitos cristalizados le preguntó al profesor, despacito, como quien dice sin querer estar diciendo: "Profe, ¿es malo si mi mamá me pega mucho?". Ruben, que todo lo escucha, se rió y le dijo despreocupadamente: "no, está bien si tú te portaste mal". A lo que Carolina, con sus breves seis añitos agregó, “yo creo que mi mamá quiere más a mi hermano, a él le pega más que a mí”.
"Una mamá que se dibuja a sí misma golpeando a su hijo deja de pensar que “una nalgada a tiempo está bien”. Se da cuenta de que esa nalgada que antes defendía como una estrategia para disciplinar a su niño, no es más que una humillación para él, que le produce rabia y dolor, pero que sobretodo no lográ educar, no explica por qué, no ayuda a crecer."
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