miércoles, 15 de enero de 2014

Por qué no obligar a dar besos a los niños

Hay una cosa que pasa siempre en reuniones familiares, llegas, con tu crío en brazos o de la mano, y hay 10 o 30 familiares políticos, los hermanos de la tía Conchita, el padrino del compadre de la cuñada de tu suegra, la tía Chuchita y las primas de las amigas de tu cuñada.

Empiezan a saludar y tu niño saluda de beso a los que conoce, y con los desconocidos se les queda mirando serio, algunos entienden que es un niño que no los conoce y lo dejan pasar,  otros le piden beso y empiezan con la cantaleta “¿pero por qué no quiere darme beso??” .
Mas problemático es cuando los familiares intervienen con el “dale besooo, es el esposo de la hermana de mi comadre perenganita, el te conoce y te quiere mucho”, en la vida lo ha visto el pobre niño, o en casos extremos llegan a tomar de la cara al niño y obligarlo a dar besos o a abrazar a la persona, que ya está hasta apenada y no alcanza mas que a musitar un “dejelo, está chiquito, no pasa nada”.

“Noooo es que TIENEN que aprender a saludar, nosotros siempre somos muy educados.”

Si, usualmente somos educados con los adultos alrededor, pero con nuestros hijos  somos tremendamente maleducados, ¿A tu esposo le extenderías los brazos a fuerza y lo lanzarías en brazos de una señora a darle abrazo y beso para quedar bien??
Claro que es importante saber socializar, saber saludar, saber convivir, pero esas cosas se aprenden, no se obligan, si vives con unos padres que saludan, que se despiden, que son amables y atentos con los demás, los niños lo terminan copiando, sin necesidad de “enseñarlos” a fuerza.
Otro punto, para los niños pequeños un extraño es un extraño, es alguien a quien hay que ver con desconfianza, sí, nosotros lo conocemos aunque teníamos años o meses de no verlo, pero con los niños es diferente, el no acercarse a un extraño es cuestión de sobrevivencia.

¿A que no lo habías visto de ese modo?

¿Has escuchado esas historias aterradoras de niños abusados o robados??
Bueno, te voy a comentar una cosa, un niño es muy pequeño para saber decir NO a ciertas cosas, en lo que aprende que si y que no, nosotros lo debemos guiar, pero esos NO’s de nuestros hijos les ayudan a reafirmar su asertividad, a que en un futuro, igual te dijeron !no quiero! a algo, pero mas adelante puedan decirle ¡alto! a alguien con malas intenciones, o que les diga que los acompañe en secreto.
Un gran porcentaje de tocamientos o abusos sexuales con niños es por alguien de la familia.

¿Y eso que tiene que ver con que salude?

Es que al obligarlo, ponerle la cara a fuerza para el beso, lanzarlo a los brazos de alguien que no quiere abrazar estas tu doblegando su espíritu, enseñándole que la voluntad del adulto vale mas que la suya, y despojándolo del poder sobre su cuerpo, al disponer de el y entregarlo a la otra persona. Con eso, ¿cómo va a tener fuerza para negarse a un acercamiento indebido? o a otras cosas.
Si lo que les hemos enseñado es a “ser obedientes”  a costa de lo que sea, les aplastamos su asertividad y los dejamos indefensos. No, no todos los niños estarán en peligro de ser víctimas de un abuso o tocamiento, pero ¿Cómo saber quien sí y quien no?
Con las niñas a largo plazo también, si no les permitimos negarse a saludar al tío Román que apesta a cigarro, ¿cómo va a aprender a ponerle límites al novio o a algún amigo con quien salga? Finalmente les enseñamos que su cuerpo no es de ellas.

¿Eso significa dejarlos ser unos maleducados??

Por supuesto que no, ¿cómo aprende un bebé o un niño a socializar? observando cómo socializan sus mayores desde la seguridad de los brazos de su mamá, o junto a alguien de confianza, donde ve como nos saludamos, cómo conversamos, las atenciones que tenemos con los demás, y poco a poco los niños empiezan a encontrarles sentido a nuestras costumbres, y por imitación lo irán haciendo.
Si llegamos a una reunión, tal vez salude de beso a los mas cercanos, a la gente que no conoce la salude de mano, o no un “hola” o un “buenas tardes” de lejos, o nosotros lo ayudemos saludando por él, ya que crezca un poco mas entenderá mas las convenciones sociales,  igual mas tarde entrará en confianza y se despida alegremente de la tía que al inicio no quería ni saludar.
Si un niño no quiere acercarse a alguien, o de pronto ya no quiere hablar o saludar a alguna persona, ojo, puede ser alguna otra causa, pero observa que pasa, no simplemente lo obligues, eso no es socializar.
Nuestros niños no son algo de lo que podemos disponer para quedar bien, son personas, con derechos, con un cuerpo que les pertenece y que debe respetarse. Los modales se aprenden con el ejemplo y a respetar se aprende siendo respetados.



martes, 14 de enero de 2014

nueva educación.

-No des a la enseñanza una forma que les obligue a aprender por la fuerza. 
-¿Por qué?
-Porque no hay ninguna disciplina que deba aprender el hombre libre por medio de la esclavitud. El alma no conserva ningún conocimiento que haya entrado en ella por la fuerza.
-Cierto.
-No emplees, pues, la fuerza, mi buen amigo, para instruir a los niños; que se eduquen jugando, y así podrás también conocer mejor para qué está dotado cada uno de ellos. 

(Platón)


Colegios públicos prescinden del libro de texto y apuestan por una educación experimental...

jueves, 9 de enero de 2014

alice miller

Lo mejor de Alice Miller...
Si he decidido dedicar este blog a la obra de Alice Miller es porque, en mi opinión, ningún otro psicólogo ha profundizado hasta los últimos recovecos de la psique humana. Aunque su obra trata fundamentalmente sobre el maltrato infantil y sus efectos en la madurez, indirectamente abarca casi todos los campos del pensamiento, dotándolos de una nueva y asombrosa perspectiva nunca antes vista. Resulta vano hablar de desarrollo emocional, pensamiento positivo, amor universal o meditación si antes no exploramos con valentía la historia de nuestra infancia ni dejamos salir con lucidez el odio y la rabia que la mayoría tuvimos que reprimir  —pero que inconscientemente desviamos en los demás— para ganarnos el afecto de nuestros padres, y que todavía en la madurez seguimos reprimiendo, ocasionándonos toda suerte de enfermedades físicas y mentales. Si las víctimas de una educación autoritaria no encuentran el valor de profundizar en su historia, de sacar su rabia mediante un profundo autoanálisis, seguirán proyectando su rabia contenida hacia personas sustitutorias. Alice Miller: «Como padres pueden utilizarla con sus hijos; como psiquiatras con sus enfermos mentales y como investigadores, con animales». También podríamos añadir: Como jefes de empresa con trabajadores; como profesores con alumnos; como jueces con acusados; como funcionarios de prisiones con presidiarios; como curas y monjas con niños; como gobernantes, policías y militares, con ciudadanos…
           Por muy inteligentes y por muy buenas personas que creamos ser, si carecemos de una formación básica de psicología nos será imposible comprender objetivamente la psique de nuestros hijos, así como la propia, cometiendo el terrible error de sobreprotegerlos, por ejemplo, y haciendo de ellos unos tiranos. Si durante años estudiamos para obtener una carrera o una titulación, ¿por qué no dedicar un poco de tiempo a conocer los entresijos del comportamiento humano, evitándonos así un sinfín de errores irreversibles? Libros como el bestseller “Cómo hablar para que sus hijos le escuchen y cómo escuchar para  que sus hijos le hablen”, de A. Faber y E. Mazlish; “Entre padres e hijos”, de  Haim G. Ginott; “Niños optimistas”, de Martin E. P. Seligman; “El niño feliz”, de Dorothy Corkille; Niños desobedientes, padres desesperados, de Rocío Ramos Paul; y “El drama del niño dotado”, “Por tu propio bien”, y “Salvar tu vida”, de Alice Miller, pueden sernos de enorme utilidad.

Artículos de Alice Miller en Español