lunes, 10 de septiembre de 2012

La violencia verbal hacia los niños.


La violencia se caracteriza de diferentes formas, no solamente con golpes, sino también con palabras. "Sos tonto", "Sos un inútil...", se escuchan cotidianamente en nuestra sociedad de parte de personas
  adultas que tratan así de controlar o corregir a sus hijos. Sin embargo, es una forma de violencia, igual que los golpes, explican los expertos. 

Las palabras también significan violencia: "Sos tonto", "no te da la cabeza", "sos un inútil", "no parecés hijo mío", "ya estás grande, estúpido". Son expresiones descalificantes que se escuchan (quizás) cotidianamente en todos los niveles sociales (marginales, medios y altos) de parte de las personas adultas que tratan, de esta manera, de controlar o corregir a sus hijos.

El psicólogo Lic Mario Torres, especialista en niñez, dice que "con la palabra designamos lo correcto de lo incorrecto, lo bello de lo feo, lo legal, el bienestar o el malestar, se conjuga la construcción y sostenimiento del sentido a la vida". 

"Estas palabras que vienen de afuera construyen la intimidad de la persona. Dependiendo de este flujo de palabras que vienen desde la época primera del entorno familiar, con la fuerza de hacerle sentir al bebé bueno y fuerte, imprescindible a los afectos de su familia. Este amor vivido y expresado en las diversas formas de la comunicación se evidencia con transparencia a través de los mensajes y las palabras: estamos hechos de palabras. Si predominan las palabras negativas, subestimantes y descalificantes es muy probable que la persona vaya construyendo esa imagen vivida como realidad que el mensaje comunica al receptor", explicó el Lic Mario Torres. 

El maltrato verbal, una actitud de las personas adultas 

El psicólogo afirma que cuando más pequeña es la persona, niños púberes y adolescentes, el impacto paralizante de la palabra descalificante es mayor, por ser lo mismos aún frágiles, vulnerables, dependiendo de la franja de la edad para que el impacto sea más violento. 

"Es fundamental que las familias, los educadores, las instituciones dedicadas a la formación de niños y adolescentes consideren de manera fundamental que los golpes de las palabras pueden crear personas con niveles de desvalorización con fuertes marcas, que dificultan el adecuado desarrollo sicológico de la persona. Hay que considerar el contenido penoso que se va a emitir a un niño", sostiene Torres.

Leiro manifiesta que el maltrato verbal no es otra cosa más que una forma diferente de agresión, que lamentablemente se da en todas las clases sociales, en todos los estratos, de diferentes formas. "Es una forma de agresión porque supone la degradación de la otra persona y la imposición de autoridad de la persona que agrede a través de palabras, gestos u omisiones. 

El maltrato verbal se da sobre todo cuando una de las partes presenta características de sumisión, inseguridad, baja autoestima, o está imposibilitada de hacerle frente al agresor, como en el caso de los menores de edad". 

"Como en muchas otras problemáticas, los modelos agresivos (físicos y verbales) están continuamente presentes en nuestra sociedad; desde lo que vemos en nuestra propia casa hasta los anuncios televisivos, los modelos sexistas y, por supuesto, los modelos sociales".

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