JAMAS, debemos de frustrar las necesidades afectivas. ¿A quién le ha hecho daño un abrazo, una mirada cálida o una presencia en los momentos de mayor necesidad? ¿A quién le hace daño el amor?
Confundimos la frustración de necesidades culturales, con la frustración de las necesidades afectivas. La única frustración saludable, es la que frena el sinsentido del consumismo. Consumismo de la Tv. no constructiva. De los dulces excesivos. Sabemos que comprar y comprar, tapona en pequeños y mayores, grandes lagunas y ausencias afectivas. Y la sociedad no limita, sino fomenta estas necesidades vacías.
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