miércoles, 28 de septiembre de 2011

Carta de un niño a los adultos.

No comprendo porqué los adultos utilizais de manera despectiva, el adjetivo "infantil", debería de eliminarse, o por lo menos dejar de utilizarse con este sentido, "El concepto de infantil puede utilizarse para nombrar al comportamiento adulto que se asemeja al de un niño. Cuando se dice que un adulto es infantil, se lo está calificando de inmaduro e inestable." 

Actuar de manera infantil, no me parece nada malo, al contrario, que seais adultos y disfruteis de un juego, de una amistad (que rompemos con un dedo cortando la linea imaginaria que marca mi amiga con sus dedos estirados y tocándose por las yemas, y a los 5 minutos, nos olvidamos, y seguimos disfrutando de nuestra amistad), de la pasión que sentimos por todo lo novedoso, por todo lo que no comprendemos...es mucho mas maravilloso que ser adulto y actuar, únicamente como actuais, por inercia, porque si, muchas veces sin motivos, solo porque hay que hacerlo y muchas veces cabreados o gritandoos o ...

Los adultos os encontrais fuertemente condicionados por vuestras experiencias, y cuando teneis grandes planes, expectativas, sueños... finalmente, después de la fase de creación y pensamiento, no sois capaces de llevar esos planes a cabo. Pasais esas "locuras" por vuestros filtros racionales y acabais considerándolos irrealizables, antes, ni siquiera de empezar a intentar realizarlos.

Sin embargo, los niños aún somos capaces de soñar con la perfección, y eso es algo buenísimo, que deberíais adoptar los adultos, porque para hacer algo realidad, primero debemos soñarlo. Lo que tendríais que hacer con los niños es "hacernos sentir la vibración del presente, sin blandir las amenazas del futuro."

Ese audaz poder de la imaginación que poseemos los niños y que intentais robarnos en nuestra más tierna infancia es lo que ayudará a extender, los límites de lo posible, en las próximas generaciones; los niños no pensamos en las limitaciones de las cosas, supongo que será porque aún no las comprendemos como vosotros, los adultos (o quizás porque en muchas ocasiones, esas limitaciones no existen, y simplemente, os las creeis) y es por ello, que los niños solemos tener muy buenas ideas si se nos escucha. Para vencer esa disonancia entre lo que quereis hacer, pero no haceis, os autoengañais, haceis atribuciones, que aunque sean falsas, os anestesian y os consuelan. Parafraseando a Leonardo Da Vinci "No hay nadie que nos engañe mas, que nosotros mismos."

Los niños, mientras lo somos, desafiamos los límites de la realidad que ahora conocemos, pero que dentro de 30 años, esos límites estarán ya obsoletos. Nuestro modo de pensar, en nada tiene que ver con vuestro conocimiento especializado, que nos intentais inculcar (asignaturas en el colegio que en vez de motivarnos, nos aburren; en vez de estimularnos, nos anestesian; en vez conectarnos con el mundo, nos desconectan...) desde nuestros primeros años.

Creo que sois los adultos los que deberíais empezar a aprender de los niños, para poder crear un futuro mejor, de una manera recíproca, vosotros y nosotros, estoy seguro, de que os sorprenderíamos.

Los adultos desconfiais de los niños, porque no nos comprendeis, vuestras ansias de vencer la incertidumbre, vuestras ansias de control, chocan frontalmente con nuestra creatividad, nuestro dinamismo, nuestra iniciativa, nuestra ausencia de miedo al fracaso...os habeis olvidado de cuando erais niños y nos poneis límites, frenos, bridas a la mayoría de nuestras acciones; os asustamos y por ello nos intentais controlar.

Los adultos, en vuestra mayoría, teneis una actitud restrictiva con los niños, nos decís constantemente: "no hagais esto", "no hagais aquello", "no toqueis", "no comais eso"...Los regímenes se tornan opresivos cuando se ponen paranoicos por mantener el control, algo, que haceis constantemente con nosotros, y lo que es peor, lo haceis y lo negais, como si no estuviérais haciéndolo, y lo justificais con la manida frase "es por tu bien".

Generalmente, los niños tenemos poca o ninguna injerencia en el establecimiento de reglas o normas, cuando deberíamos actuar de manera recíproca en la elaboración de las mismas.

Los adultos deberíais aprender, escuchar y tomar en cuenta los deseos de los niños, sin subestimar nuestras capacidades, nos encantan los desafíos, pero cuando por vuestra culpa, nuestras expectativas bajan y anulais nuestra motivación; somos capaces de ser peores y bajar nuestro nivel al vuestro, el de los adultos.

Vivimos en un mundo, en donde como dice Daniel Pennac: "Elevamos la televisión a la dignidad de recompensa y como corolario, la lectura, los desafíos, los conocimientos...los rebajamos al papel de tarea"

La meta no es que transformeis a los niños en adultos como vosotros, sino en mejores adultos de los que vosotros sois, habeis sido o sereis, lo que me parece muy difícil en estos momentos. Es imprescindible crear oportunidades para los niños, para que podamos crecer y podamos seguir sorprendiéndonos.

Necesitais escuchar y aprender de los niños, confiar en nosotros y tener mayores expectativas, de las que teneis para vosotros mismos, y que seamos nosotros los que decidamos si esas expectativas, son a las que queremos llegar, daznos las herramientas, y nostros llevaremos este mundo adelante, y cuando vosotros seais unos "viejitos", teneis que tener la voluntad de aprender de los niños, tanto o mas que la voluntad de enseñarnos.

Los problemas del mundo no deberían ser la herencia de la familia humana. No sé, si estamos, vosotros y nosotros, a la altura de este desafío, pero creo, y mucho, que merece la pena intentarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario