miércoles, 4 de enero de 2012

Cuento De Reyes...Unas gafas para que mis Padres me puedan Ver.

Era una noche cualquiera, pero estrellada, en donde las luces no eran necesarias, porque las estrellas iluminaban el corazón de las personas. La hija vivía en una soledad continua, y en víspera de reyes se encontraba,  acompañada por cientos de juguetes, libros y personas que la cuidaban, y a la vez era una hija solitaria.


Sus padres eran los grandes magos; como todos los padres lo son para sus hijos, eran gigantes con una sabiduría sin fin, omnipotentes y sabios con toda su grandeza, pero todas estas cualidades eran inútiles para ella, porque sus trabajos, a pesar de que les permitían ganar ingentes cantidades de dinero, con los cuales comprar cientos de regalos, a cada cual mas caro e inútil, y contratar decenas de personas: cuidadoras, payasos, magos menores... lo que nunca podían comprar era tiempo, para estar con su hija, porque no lo tenían, ellos trabajaban para que ella tuviera todo lo mejor.


Y esa noche cualquiera, pero estrellada, en un momento libre que tenían en su apretadísima agenda, le preguntaron:


Queridísima y Amadísima Hija, ¿qué costosísimo presente deseas que tus insignes progenitores te ofrezcan en esta fecha tan entrañable? 
Deseo unas gafas, para que mis invisibles padres me puedan Ver, ya que mucho dinero ganais y los mejores magos sois, me lo podréis ofrecer???


Entonces sus padres, los grandes magos, los millonarios magos, que trabajaban y trabajaban para darle todo a su Queridísima y Amadísima Hija, se preguntaron que era aquella respuesta. Y como con toda su sabiduría, no eran capaces de resolver tamaño misterio, acudieron a la anciana mas sabia de su pueblo, llamada  vetusta morla.  


Y Ella les indicó que debían caminar hasta el lago de la verdad, para desentrañar tan desconocido misterio.


Y como sus padres no estaban dispuestos a dejar de resolver el misterio que les había planteado su hija, fueron junto a la vetusta morla,  a reflejarse en el lago de la Verdad. Al principio, todas las imágenes que les ofrecía el lago les parecieron confusas, momentos de su niñez de pesar y melancolía: una vida uterina triste y estresante, demasiadas obligaciones de sus propias madres y padres; una niñez solitaria y llena de responsabilidades; pocos juegos, ninguna compañía, muchos regalos y juguetes, pero escasos momentos con sus padres para compartirlos. El tiempo fue pasando y la chispa e inocencia infantiles, habían acabado escondidas,  habían aprendido a ser adultos, pero no querían recordar su triste infancia y acabaron bajo profundas capas de insatisfacción y resignación. 


Sus padres no les habían acompañado en sus descubrimientos infantiles, nadie les había regalado, sin estar contratados para ello, su tiempo de forma desinteresada y cariñosa. La soledad había sido su eterna acompañante y los miles de regalos que habían recibido no habían sido más que pobres sustitutos de sus verdaderas necesidades de niños: Amor, compañía, paciencia, respeto y tiempo, tiempo junto a Mamá y Papá.



Al Contemplar la Verdad de su propia niñez, los magos sintieron una tristeza tan profunda al darse cuenta de que sus sentimientos, eran los mismos, que en estos momentos tenia su hija, que lloraron y lloraron, derramaron lágrimas de tristeza y tiempo perdido, sobre aquel precioso lago, lágrimas que se habían transformado en comprensión y amor, sobre la tibieza y sabiduría de aquellas aguas. 
Su hija solo necesitaba un regalo, y no era material, no valía nada, era tan sencillo, como que quería la compañía de sus padres. Disfrutar de ellos, de sus risas, de sus abrazos, de sus palabras de aliento, de sus besos, de sus enseñanzas, de su amor...
No pierdas la oportunidad de jugar con tus hijos, de reírte con ellos, de abrazarlos, besarlos y acariciarlos todos los dias. Lo que menos necesitan es juguetes, cuando les das amor
Que el tiempo que estés con ellos, sea un tiempo de calidad, de que ellos y tú disfrutéis. Ellos, con su Amor infinito hacia vosotros, os ofrecen mucho más de lo que puedan costar la play station o la monster high. No te pierdas la infancia de tus hijos por acumular bienes y horas de trabajo, para tener mas dinero. Día a día, ellos van creciendo y se van haciendo mayores, si no pasas ese tiempo con ellos, no lo podrás recuperar jamás.

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